La última vez que presto dinero

En el artículo de hoy explicaré porque ya no presto dinero en Internet. Hasta ahora he intentado ayudar a la gente con pequeños préstamos, sobre todo a gente que «conocía» y necesitaba ayuda. Pero después de la malísima experiencia que acabo de tener, eso se ha acabado. Ya no voy a prestar más dinero aquí.

Soy un tío tranquilo y que siempre trata de ayudar a la gente pero llevo unos días muy enfadado, ya lo habrás notado si me sigues por las redes sociales. Al final he explotado. Y si no lo cuento, reviento. A principios de año presté dinero a un chico (ya no tiene sentido mencionarte). Un compañero que era de mi total confianza. Le dejé 200 euros porque (según él) su hermana tenía problemas. Me dijo que me devolvería el dinero al de un mes. Ni me lo pensé cuando me dijo que necesitaba el dinero.

Han pasado 7 meses y esta persona ha desaparecido completamente. No responde a mis llamadas y me ha bloqueado en WhatsApp y por las redes sociales. Ni rastro de él ni de los 200 euros.

Mensaje para ti

Como sé que me vas a leer, estas líneas van para ti:

Nuestra falsa amistad ha durado casi tres años. Durante este tiempo hemos hablado mucho. Nos hacíamos referidos en distintas páginas (tú te hacías mi referido en algunas y yo me hice tu referido en otras). Nos dábamos consejos, hablábamos de nuevas páginas… Al principio intercambiábamos mensajes a través de email. Luego nos pasamos al móvil.

Un día me ofreciste hacer un trato. Me ofreciste tu saldo en una página (FAP) y me pediste si te podía pagar la misma cantidad mediante PayPal. Te respondí que no me interesaba el saldo de esa página y te pregunté si te podía ayudar de otra manera. Me dijiste que tu hermana tenía problemas y que necesitabas 200€ de manera urgente.

Te presté los 200€ sin pensarlo y ni se me pasó por la cabeza lo que posteriormente me has hecho. Me dijiste que me ibas a devolver el dinero al mes siguiente cuando cobrases la nómina. Es más, me dijiste que me lo ibas a devolver con intereses y todo. Tus últimas palabras de aquella conversación fueron: «Acabas de ayudar mucho a mi familia. Siempre te estaré en deuda. Tienes un referido de por vida. ¡Muchísimas gracias!» Y esto acompañado de un emoticono que decía «Thank You«.

Y a partir de entonces no supe nada más de ti. Me he pasado estos meses pensando que tu hermana tenía problemas. He estado preocupado pensando si estabas bien. Sólo deseaba que esos problemas se hubiesen mejorado con mi ayuda. No vi actualizaciones en tu facebook ni por whatsapp. ¡Ingenuo de mí! Era porque me habías bloqueado y no me querías devolver el dinero.

No me coges el teléfono, no respondes al WhatsApp, no respondes a los privados de twitter ni facebook y mucho menos a los mensajes por email. Es más, me has bloqueado en todas las redes sociales y has borrado tu cuenta de twitter. De todo esto me he dado cuenta de casualidad, al entrar en facebook con una vieja cuenta y he visto que tu cuenta tiene movimiento (como me tenías bloqueado yo no veía nada). Yo pensando que estabas mal y ahí te veo en varias fotos pasándolo en grande: Fotos divertidas, risas con tus amigos, comentarios graciosos con chicas… ¿Tu hermana qué tal por cierto? ¿Todo bien? Me alegro.

Sinceramente, los 200€ no me importan. He pecado de ingenuo. O mejor dicho, de tonto. Pero si tuvieses la menor vergüenza hubieses venido a dar la cara. Me hubiese valido un «lo siento». Una excusa. Me da lo mismo. Lo que no me sirve es que hayas sido tan cobarde. Espero que por lo menos hayas sacado provecho a los 200€.

¡De nada!

Ya lo siento por el post de hoy pero necesitaba desahogarme. Yo por mi parte ya he aprendido una nueva lección. Nunca más prestaré dinero en este mundillo. Nunca más.